Mis memorias de Malvinas

>> jueves, 2 de abril de 2009



Hoy conmemoramos el inicio de la Guerra de Malvinas, qué decir de la guerra, me parecen todas absurdas y atroces...

Sólo puedo contarles mis humildes e inocentes recuerdos, que poco tienen que ver con el dolor de los soldados... Corría el año 1982, yo estaba por cumplir mis 7 años, vivíamos en Caleta Olivia, pequeña ciudad portuaria situada bien al sur de la patagonia, en la Provincia de Santa Cruz, donde también fuimos parte de la guerra de Malvinas.

Éramos mi mamá, mi papá y yo. Había mucha preocupación en todos los niños, reflejo de lo que se vivía en las casas y en la ciudad... En mi escuela era todos los días como un luto, un misterio sobre cómo estarían nuestros soldados, seriedad y dolor. Jugábamos a cerrar los ojos y apretarlos fuerte con las manos para "ver a los soldados", ese era nuestro juego en medio de las horas de clase...

Por las noches cerrábamos todo, la ciudad se oscurecía, poníamos frazadas en las ventanas para que no se vieran luces y no bombardearan... Una noche salimos caminando a buscar a mi papá hasta la central telefónica donde trabajaba (ahora pienso qué coraje mi mamá de andar sola conmigo en una ciudad en apagón) no recuerdo porqué lo buscamos, pero sé que en el camino de regreso nos encontramos con un soldado con su arma larga, que nos habló... Hacían ronda por las heladas y solitarias calles a la noche. Yo me sentía segura de la mano de mis papás...

Después nos tuvimos que volver a Buenos Aires mi mamá y yo, porque mi papá así lo prefirió por el peligro. Mi pobre mamá se tuvo que enfrentar a los miles de reproches de mi nona, mi abuela, mis tíos, todos le gritaban mientras comíamos tallarines, que no tendría que haberlo dejado a mi papá solo... Pobre mamá!!! Yo me angustiaba y llorábamos en la mesa, les gritaba que no entendían nada, igual no escuchaban porque hablaban muy fuerte! Qué loco...

En la escuela de Buenos Aires todo me parecía irónico, habían hecho una canción muy rimbombante sobre Malvinas, y tuve que aprendérmela de memoria, la cantaban todos los días, y yo no la cantaba porque me parecía que no debía, no sé porque´pero con mis siete añitos sentía eso...

En aquella escuela nos hacían dibujar y comprar chocolates para los soldados, preparaban cajas con regalos, que yo sabía o al menos pensaba que nunca llegarían a destino, era todo tan romántico en la escuela, era como una fiesta o una especie de noviazgo con la guerra...

En fin, esos son mis recuerdos de aquella época, no puedo decir más que MIS RESPETOS A TODOS LOS CAÍDOS Y A LOS SOBREVIVIENTES, A SUS FAMILIAS, Y A TODOS LOS QUE SUFRIERON LA GUERRA.


Cariños a todas!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Esta es la ventana de mi casa, por aquí puedes contarme algún secreto mientras conversamos, puedes saludarme mientras pasas, hasta puedes entrar a visitarme!
Gracias por tu comentario, me hace muy feliz!