Una leyenda árabe...

>> miércoles, 1 de octubre de 2008

Dos amigos muy queridos iban por el desierto. El desierto, siendo lo que es, les jugó una mala pasada y perdieron el camino del oasis, teniendo que caminar dobles jornadas para llegar al siguiente sin morir. Cuando se dieron cuenta, el amigo que no había puesto atención, propinó terrible bofetada al amigo que supuestamente iba cuidando el curso. El abofeteado, muy dolido; sólo escribió en la arena:
"Hoy mi amigo me golpeó en la cara"
Caminaron y caminaron hasta que llegaron al siguiente oasis y entonces el amigo que había sido golpeado, resbaló y cayó a las aguas profundas y con sus ropas mojadas estaba por ahogarse. El otro amigo se lanzó al agua y arriesgando su vida salvó la del amigo distraído.
Entonces el distraído, mojado y abofeteado, sacó su daga de damasco y la usó, casi arruinándola para escribir en la piedra:
"Hoy mi amigo me salvó la vida"
Un poco intrigado por ese gesto, el golpeador/salvador le preguntó: "Porqué has escrito mi mala acción en arena y mi buena acción en piedra?"
El otro contestó:
"Porque las malas acciones hay que escribirlas en las arenas del olvido para que los vientos del perdón las borren para siempre; en cambio, las buenas acciones hay que escribirlas en el granito del corazón para que sean cimiento y fundamento de edificios maravillosos y que nunca se nos olvide lo que hemos recibido" ...

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